Goli Kouhkan tenía 12 años cuando su familia la vendió a un primo para que se casara con ella, constata un comunicado de expertos de Naciones Unidas del 2 de diciembre. Esa niña de la marginada etnia baluchí era analfabeta e invisible legalmente: ni siquiera tenía documentos de identidad, según la ONU. Una vez casada, estuvo a punto de morir al parir a los 13 años en su casa, sin asistencia médica, y tras un embarazo plagado de palizas de su marido. La adolescente trató de escapar, pero nadie la ayudó: “Entregué a mi hija con un vestido blanco [de novia] y volverás en una mortaja”, le espetó su padre, relata la ONG Iran Human Rights (IHR).
