En el fútbol argentino, muchas veces la desgracia del rival importa más que la felicidad propia, aunque eso implique perder objetivos, dinero o futuro. El goce por el golpe ajeno termina siendo más fuerte que cualquier beneficio propio.
En el fútbol argentino, muchas veces la desgracia del rival importa más que la felicidad propia, aunque eso implique perder objetivos, dinero o futuro. El goce por el golpe ajeno termina siendo más fuerte que cualquier beneficio propio.