El invierno se acerca, Ucrania necesita más que nunca ayuda militar y financiera en su guerra contra Rusia y Vladímir Putin se resiste a sentarse a negociar. La llamada coalición de voluntarios, el grupo de países aliados de Ucrania impulsado por Francia y el Reino Unido, se ha reunido este viernes en Londres (aunque la mayoría de los líderes participantes lo han hecho a través de videollamada) para coordinar un mensaje de fuerza y presión contra Moscú. La imposición por parte del estadounidense Donald Trump de sanciones a dos grandes petroleras rusas, los primeros castigos al Kremlin de calado de esta Administración, para ahogar la financiación del esfuerzo bélico, ha sido celebrada por la coalición.
