La sensación de impotencia crece en Europa respecto al papel que puede desarrollar en el proceso de paz en Ucrania. Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos, pese a estar en un punto muerto, no dan lugar al optimismo. Preocupan especialmente las garantías de seguridad y la creciente convicción de que el país que sufre una invasión a gran escala desde hace casi cuatro años puede verse abocada a hacer grandes concesiones territoriales ante su invasor.
